Se muestran en alteraciones de conducta.

Investigaciones han detectado que consumir alcohol de forma esporádica una vez a la semana en el embarazo, provoca alteraciones neuronales que son indetectables físicamente tras el parto, y que se muestran en alteraciones de conducta.

En un estudio, se ha destacado que un episodio a la semana de alcohol durante la gestación es suficiente para causar importantes alteraciones en el comportamiento, ha publicado la revista “Neuropharmacology”.

Estas alteraciones se prolongan hasta la edad adulta, sin malformaciones ni cambios en el peso corporal en el momento del nacimiento, afectando al aprendizaje, la memoria y el comportamiento, han destacado los investigadores.

El alcohol interrumpe el desarrollo embrionario del sistema nervioso central, provocando una mala función cognitiva y conductual a largo plazo, y se ha detectado que puede activar de forma intensa el sistema inmunitario que protege la función de las neuronas, contribuyendo al daño cerebral y a la neurodegeneración en adolescentes y adultos.

Los investigadores han observado un aumento de ciertos factores proinflamatorios en el cerebro por el consumo esporádico materno de alcohol, un desequilibrio que hace que el sistema inmunitario ataque a la capa celular que rodea a la mielina – y que facilita que los impulsos eléctricos se transmitan de manera eficiente a lo largo de las neuronas y por tanto, que se transmita el mensaje nervioso.

“Por ahora, no sabemos si las disfunciones neuroconductuales persistentes están relacionadas con la neuroinflamación o las alteraciones de la mielina pero, según los resultados, los antiinflamatorios deberían ser considerados como posible tratamiento para prevenir el daño cerebral causado por el consumo de alcohol durante el embarazo”.

Por lo tanto, la recomendación es de no consumir alcohol durante todo el embarazo para evitarlo como factor de riesgo para el feto en gestación.