Consiste en la adquisición de la flora adecuada en el tracto digestivo en los niños.

Dar el pecho al bebé contribuye a acelerar el proceso de maduración de su flora intestinal.

Esta maduración consiste en la adquisición de la flora adecuada en el tracto digestivo en los niños, hasta que se asemeja a la del adulto. Cuanto antes madure la flora (también llamada microbiota) más protegido estará el bebé al ser una de sus funciones estimular el funcionamiento del sistema inmunológico.

Antes de nacer, el bebé entra en contacto únicamente con algunas bacterias, pero es en el momento del nacimiento cuando comienza realmente la colonización del intestino por parte de la microbiota.

En este sentido, se comenta que el parto vaginal favorece una colonización más adecuada, representada por bacterias vaginales y fecales y, posteriormente, el contacto con la madre y el tipo de alimentación serán los responsables de continuar con el establecimiento de una microbiota saludable y óptima.

“La lactancia materna es un factor determinante para una colonización idónea del intestino del recién nacido, predominada por bifidobacterias. Tanto la lactancia en sí, como la alimentación de la madre, tienen influencia sobre el correcto establecimiento de la microbiota en el bebé.”

La leche materna está compuesta de anticuerpos del tipo Ig A, oligosacáridos prebióticos (que favorecen el crecimiento de ciertos microorganismos) y los millones de bacterias que forman parte de dicha flora (bifidobacterias, lactobacilos o estafilococos).

Todos ellos son los que hacen que la flora bacteriana madure, así como sus funciones inmunitarias y de absorción de nutrientes.